Educación Vial

Las señales también son para mí

El ciudadano de a pié de nuestra zona no respeta muchas normas de tráfico

La Dirección General de Tráfico también recoge que los peatones (la gente que anda a pié), como los demás usuarios de la vía pública (ciclistas, automovilistas, etc.) también deben seguir y respetar unas normas.

EN LA CIUDAD

Los peatones deben de caminar siempre por las aceras, saliéndose únicamente de ellas para cruzar la calle, y esta operación siempre la deberán hacer ateniendose a unas normas. Cruzarán por los pasos de peatones (también llamados pasos de cebra), lo harán mirando a ambos lados antes de cruzar, percatándose que los conductores les han visto, haciéndolo de manera rápida y en línea recta (no en diagonal).
No debería, un peatón (osease, cualquier ciudadano que ande a pié), bajarse de la acera si no es por este motivo. Y si se para a charlas con otro es de buena conducta el apartarse a una orilla para no molestar a los demás peatones.

SIN ACERAS

Cuando no existan aceras, ya nos encontremos en un pueblo o en la carretera, un peatón debe circular siempre por su izquierda. Si se camina por un lugar insuficientemente iluminado se debería llevar un dispositivo que permitiese a los automovilistas ver nuestra situación con la suficiente antelación para reaccionar y no atropellarnos. Tráfico recomienda un brazalete, andar con una linterna, pero en ocasiones también nos puede servir llevar un pañuelo blanco atado a la manga de la chaqueta o jersey, si este es de color oscuro.
En nuestra comarca un alto numero de personas, cuando camina por la carretera, lo hace por la zona asfaltada cuando en realidad no debería de salirse del arcén.
Los peatones deberían de tener en cuenta su situación de gran fragilidad, y no cruzar a tontas y a locas. Hay que andar respetando unas normas, de lo contrario corremos el riesgo de que un coche nos atropelle.



Ciclistas vulnerables
Hace escasos días volvía a los medios de comunicación el tema de la vulnerabilidad de los ciclistas ante un accidente. El tema salía a la luz tras un trágico fin de semana en el que cuatro ciclistas fallecían en las carreteras del Estado. Pero como siempre, al igual que ocurre con otros temas, pasados unos días todo volverá a la calma y la gente se olvidará de tan trágico balance.
Y es que si andar en bicicleta parece algo sencillo, al alcance de cualquiera, esa tarea, a la hora de realizarla por una ciudad se convierte en algo más difícil. Lo complicado no está en aprender a andar en bici. En La Bañeza todo el mundo lo hace. Lo complicado: conocer las normas de tráfico.
En nuestra comarca un alto porcentaje de las personas que andan en bicicleta desconoce o no respeta las normas. Es muy habitual ver por nuestras carreteras a gente de los pueblos que anda por mitad de la carretera haciendo eses porque no mantiene el equilibrio, entrando por calles en dirección prohibida no respetando las señales, o girando a derecha e izquierda, por carreteras o calles muy transitadas por automóviles, sin ni siquiera indicarlo con el brazo.
Cualquier persona que monte en una bicicleta, ya sea para ir a por las compras o a la huerta, y se ponga a circular por calles o carreteras, debe tener en cuenta que: las señales de tráfico también le afectan a ella, teniendo que respetarlas, como cualquier otro usuario de la vía pública, y pudiendo llegar a ser sancionado si no las respeta. Además, si se circula de noche debe tener en cuenta que, al igual que otro vehículo, debe ver y ser visto, por su seguridad y para evitar accidentes, ya que si un coche que circula por detrás no nos vé, corremos el riesgo de tener un grave accidente.
Los aficionados a andar en bicicleta, quienes practican esto como deporte, son, por lo general, mejores conocedores de las normas viales y de tráfico, y suelen respetar las indicaciones de señales y agentes. Sin embargo la gente que coge la bici para no tener que andar muchas veces no sabe las normas. Esperemos que a partir de ahora, todo usuario que coja una bicicleta para andar por las carreteras conozca que debe seguir unas reglas. La jungla del tráfico es un mundo aparte, regido por unos cánones, que si no les hacemos caso harán de nuestro paseo un inminente riesgo.